Se acerca una nueva entrega de las aventuras del Falcó, el espía de Arturo Perez-Reverte. El nuevo libro, el tercero de la serie, está ambientado en París, dónde el bando franquista envía a Falcó durante la Guerra Civil Española con el objeto de que impida a Pablo Ruiz Picaso pinte el cuadro que la II República ha encargado para dar a conocer al mundo lo que está pasando en España, el Guernica.
Todavía no tengo el libro en mis manos y no puedo decir si es malo o bueno, sólo que seguro que Falcó no logra impedir que se pinte el cuadro, pero también es seguro que aventuras varias, sucesos, sexo y peleas, acontecerán al cínico personaje.
Creo que ya he comentado que no soy un gran fan de los libros de Falcó, pero lo cierto es que este personaje tiene su público y saludo lo que Arturo Perez-Reverte aporta al género de espionaje en español y en España. Los incondicionales de Perez-Reverte están de enhorabuena.
Como dato curioso que ha levantado polémica, parece ser que la visión del autor sobre el pintor Picaso no va a ser buena, ha señalado públicamente que este pintó el cuadro no por amor a la república sino por dinero, mucho dinero. Hay estudios sobre eso y que Max Aub pagara un precio y obtuviera un recibo por el cuadro siempre se ha considerado un acierto, ya que permitió a España reclamarlo a los Estados Unidos, pero por otro lado, el precio no fue desde luego, barato, 150000 francos de la época, casi el 15% de todo lo que costó el pabellón español de la II República en la exposición universal donde se exhibió el cuadro. Eso sí... a la larga nadie puede negar que ha rentado más a España de lo que nos gastamos, sólo hay que comprobar lo que dejan en el país los turistas que acuden de todo el mundo para verlo.
Como dato curioso que ha levantado polémica, parece ser que la visión del autor sobre el pintor Picaso no va a ser buena, ha señalado públicamente que este pintó el cuadro no por amor a la república sino por dinero, mucho dinero. Hay estudios sobre eso y que Max Aub pagara un precio y obtuviera un recibo por el cuadro siempre se ha considerado un acierto, ya que permitió a España reclamarlo a los Estados Unidos, pero por otro lado, el precio no fue desde luego, barato, 150000 francos de la época, casi el 15% de todo lo que costó el pabellón español de la II República en la exposición universal donde se exhibió el cuadro. Eso sí... a la larga nadie puede negar que ha rentado más a España de lo que nos gastamos, sólo hay que comprobar lo que dejan en el país los turistas que acuden de todo el mundo para verlo.
Aquí puedes leer las reseñas sobre los dos primeros libros de la serie de Falcó.
Parece que las dos primeras entregas tuvieron mucho éxito.
ResponderEliminarCiertamente tuvieron éxito, y eso es bueno para el género.
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